Deténgase. Escucha
Deténgase. Escucha. Esas fueron dos palabras inesperadas y desconcertantes. Desconcertante porque me di cuenta de que si yo fuera a jugar el juego con honestidad, entonces yo podría nunca escribir otra palabra de nuevo.
Me imaginaba cómo los días próximos, semanas y meses pueden ir. La revisión de una década y medio pasó entre la resistencia y la luz severa. Pero como me acerqué a la tarea en la mano que estaba invadido por la abrumadora sensación de que era irrelevante.
Pare, Escucha. Esas dos palabras eran las palabras. Las palabras. No puede haber un gran plan. No hay un plan para llegar a cualquier lugar de importancia o escala. Deténgase. Escucha. El primer impulso es el plan. Esa primera idea antes de el ruido. Existe todo sin necesidad, ni por qué.
Esta es la rendición. Esta es la caída libre. Para ser uno libre tiene caer. Aquí es donde se encuentra la aventura. Es un lugar que no puedo convencer al mundo de bien o mal, sólo que es como es. Atención desenfrenada puro de este mundo amplia.
Así que, por tanto, mi reto sigue siendo. Para detener y escuchar. Y luego para crear desde más allá de la sombra de la duda.
GRAN REFLEXIÓN…SABIAS PALABRAS…COMO SIEMPRE, SIGO APRENDIENDO DE TÍ, Y CONTIGO…BESITOS, RANITA COQUI…MMMUUUAAAAKKKKK
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